Arcano
Un rayo de luz estelar
cruza el tiempo y el espacio
para incidir en tu pupila.
Viene de otro momento
en el que ni tu ni yo éramos,
pero ahora... nos ilumina.
Tu tambien seras esa luz
que, desde la nada,
alumbrarás emociones nuevas.
Asi pues, mi querida niña,
¿Que puede ser que haga de la rabia
tu flor y con ella tu bandera?
Al igual que tilila tu puente de luz
como si las lagrimas lo tiñeran
¿Que puede ser que haga de las lágrimas
amor, y dolor, y dulzura, y luna llena?
*Soy el Hijo de la Muerte
Vengo de oscuros senderos--
que nunca tuvieron suerte
*Naci de un yerto vientre
y llegué a este yermo inerte,
osario de obispos y reyes.
Cuando la luna te encuentre,*
descubrirá mis ojos frios.*
Oscuros, vacios, crueles.
En ellos no quedan destellos
*ni desvelos ni emociones...
Tan solo dos pozos negros.
Soy Osario y Cementerio,*
soy el Hijo de la Muerte.
Y entonces, resonando en paredes lejanas
retumba un ruido, un rotundo golpe
¿Es acaso alguien que tus pasos sigue,
O quizas sean los fantasmas de tu mente?
Quizas sean las sombras de otra mañana
Esos escalofrios helados que te recorren
Y que hacen imposible que te abrigues...
Dime, ¿quien de vosotros será más fuerte?
Un faro de luz
rasga los caminos
en el oscuro azul
Es un haz blanco
que señala donde
no llegaron barcos
Marina de aguas que
no tocaste tierra,
¿Acaso encontraste
un puerto de sirenas?
Con su bello canto
Que olvida y aleja,
Que cura el llanto
de las estrellas
¿No ves,
quizas,
que el cielo es ocre?
Hueles
a aromas
De vida y flores...
Mas no me acerques el color
Que mi respiracion ahoga:
En este charco del alma
Chapotean palomas
Sientes
el tacto
de los amores
Y cada dia
añorarás
sus sabores...
Me sorprende ver tu figura,
a caballo entre tres soles.
Poesia, Arte y Olvido...
¡Y que el amor consuma lo que toque!
Vida, me sorprendes
con cada motivo de tus líneas.
Hilos de plata que desprenden
nuestras penas y alegrías,
que nos miran, de vez en cuando
sobre el fiel de nuestra balanza.
Vida, estoy despechado
cada minuto que soy en tí
Diente de leon alejado,
deseo de labios del jazmín
que el corazon nos ha dejado
árido jarro de agua fria.
Vida, que me cantas
esa nana que ya me duerme.
Tejiendo de finas mixolídias
el pentagrama de su jardín.
¡No hagas llorar lo que siente!
No me digas que me abriga...
¡Ahi estás, Muerte!
Pintas de negro tu cruel lanza.
Ahogas la fuerza ya inerme,
de aquel que su final alcanza
con cada motivo de tus lineas,
melodia de desesperanza.
Las perlas y las moscas,
pésames y abalorios,
son reflejos de reloj
en la pared del tanatorio.
Vibra con polvo y llanto,
pero tiembla en silencio...
Da un beso a las cenizas,
la viuda que va de negro.
No quiere ver que se va
aquella alma querida;
Gira y empieza a llorar,
aferrándose a la vida.
Perlas ruedan, preciadas,
atrapadas por las moscas.
El cemento ya ha cubierto
la vergüenza de las rosas.
Es que los gatos me pirran, el mundo no seria el mismo sin ellos.