La vergüenza de las rosas
Las perlas y las moscas,
pésames y abalorios,
son reflejos de reloj
en la pared del tanatorio.
Vibra con polvo y llanto,
pero tiembla en silencio...
Da un beso a las cenizas,
la viuda que va de negro.
No quiere ver que se va
aquella alma querida;
Gira y empieza a llorar,
aferrándose a la vida.
Perlas ruedan, preciadas,
atrapadas por las moscas.
El cemento ya ha cubierto
la vergüenza de las rosas.
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