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El Rincón de Letzal

¡Mascotas!

No hay nada como tener una mascota. Si os sentis tristes, le tendreis alli mirandoos con cara de pan, diciendo "¿que le pasa a este?". Si estais contentos, os haran mimos y tonterias. Son una pasada.

Cuando era un chaval, un dia mi padre se fue de visita al campo al terreno de un conocido. Resulta que habian tenido una camada de perritos, y mi padre se encariño con una. Este cachorro crecio con nosotros, y aguanto estoicamente todo lo que puede soportar una mascota en una familia como la mia... Aunque se pegó la gran vida, siempre me he preguntado si no habria preferido vivir en el monte, que es donde nacio. Nos queria mucho, eso si. La pobre murio hace ya tres años, pero la añoro un monton. ¡Ay, mi perlita! ¿Que haras ahora?
Está claro que en paciencia a los perros no les gana nadie


Cierto tiempo antes de irse, mi perrica tuvo que enfrentarse a un hecho desestabilizador de su status quo. Al lado de mi casa teniamos un solar, pero en esas fechas estaban construyendo un bloque de pisos. Alli habia habido siempre una colonia de gatos, pero con las obras los pobres estaban mucho mas cerca de la acera de lo que normalmente habian vivido. Mi padre saco a pasear a Perla (asi se llamaba mi perrica), y esta vio un cachorrillo de gato. Claro, empezó a perseguirle, y el gatico fue a parar al medio de la carretera. Como venia un camion, mi padre decidio cogerlo. Vio que tenia el rabo roto, y se lo trajo a casa.

Yo ese dia estaba fuera, y al llegar a casa escuche unos maullidos desde el lavabo. ¡Ostras! -pensé- ... ¿que es eso? ¡Menudo jaleo! ¡Es hora de dormir y mañana debo ir a trabajar! Asi que fui a investigar. Me acuerdo que mi madre le habia dejado unas salchichas, pero el gato tendria como mucho un mes y poco mas. Que risa, se escondia de mi detras del water. Le traje un plato liso con leche y me sente a esperar delante suyo. El bicho no se fiaba de mi, asi que empecé a hacerle cucamonas. Funciono, despues de un par de amagos, empezó a jugar con mis dedos. Toque un poco la leche, para ver si se animaba el bichejo, y fue bien. El gato olio, me entendio, comio, y dejo de maullar. Asi que pude irme a dormir tranquilamente. Algo en lo que él me ha superado con creces desde entonces. En cuanto al perro, se lo tomo a bien. Asi estaba mas acompañada aun (era ya mayor, la pobre).
Que miedo si fueras un raton, ¿verdad?


A mi, personalmente, me gustan mas los gatos. Son mas listos (aunque se hagan el tonto), mas independientes (aunque luego te llamen para que les abras las puertas), y mas limpios (aunque te lo llenen todo de pelos). Lo que pasa es que hay que entender que son animales que al poco de nacer ya pueden irse por ahi a buscar su territorio, cosa que los perros no. Los perros van en bandada, tienen el instinto gregario que le falta al gato. Pero la verdad, es que tampoco lo veo mal. Tener un gato es como tener un GiJoe en casa.

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